
Como se sabe, el sábado pasado tuvo lugar un grave incidente en las obras del AVE, cuando un error en los trabajos provocó que quedara dañado e inutilizado un túnel de Ferrocarrils de la Generalitat.
Pese al oportunismo de algunos medios y a la distorsión mediática que se ha realizado del tema por parte de otros, lo cierto es que el Ministerio de Fomento ha tomado la única medida posible: cerrar las dos vías de Renfe entre Bellvitge y Sants como mínimo una semana y la línea de Ferrocarrils entre las estaciones de L'Hospitalet y Europa/Fira, tal vez durante dos meses, a la espera de que termine la incompatibilidad entre el paso de trenes y las obras del túnel del AVE, y de que se reparen los daños ocasionados a las infraestructuras.
Como es lógico, los usuarios tienen motivos para estar realmente disgustados, pero deben comprender que la seguridad es lo primero y que las decisiones adoptadas resultaban inevitables una vez comprobado lo que, y por otro lado, debía haberse previsto en su día y ya se ha constatado: que la construcción del acceso del tren de alta velocidad a la Estación de Sants resultaba incompatible con la circulación de trenes con un mínimo de seguridad.
Asimismo, cabe decir y sin entrar en buscar culpables directos que cuanto menos, las empresas constructoras deberían haber tenido un mejor conocimiento del subsuelo, pues probablemente se hubiera podido evitar, o al menos prever, los socavones.